martes, 14 de agosto de 2012

Reencarnación

Estaba destrozada. Me acerque al comedor bordeando la mesa con mis manos. Saque mi diario y empecé a escribir unos pensamientos, que luego me llevaban a la reflexión. Termine de darle vueltas a la hoja con el lapicero y sin nada de ideas.

Arrastre las maletas hasta el dormitorio principal, la sorpresa que me lleve. La vista era preciosa, las cortinas quedaron abiertas, especialmente para mi llegada. Se podía ver gran parte del lugar donde estaba viviendo. Presione la luna con la yema de mi dedo índice y dibujaba un corazón que no se logro notar, reí para mis adentros y me senté al borde de lo que sería mi cama, ahora en adelante.

Me había quedado profundamente dormida…

¡Corre! – Me gritaba entre risas – Voy por ti dentro de diez segundos ¡EH! – se alejo y yo lo atraje a mí, jalando de su brazo -

Oppa ¡Noooooo! – decía rendida y caminando a su lado – Estoy cansada, las clases de historia fueron muy pesados el día de hoy –

Tal vez, te ayude para que quites ese estrés – me dijo sonriendo y acercando su mano para presionar mi mejilla, pero lo esquive - ¡Oh, qué mala! – expreso informalmente, haciendo un puchero –

No puedes hablarme informalmente – lo reprendí – Soy una princesa. Me debes respeto – afirme –

Su alteza, cuanto lo siento – hizo una reverencia - Eres más pequeña que yo, y sabes mucho – sonrió –

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